La arquitectura es, por naturaleza, una práctica basada en el lugar. La cantidad de conocimiento local necesario para diseñar un edificio ha significado que los arquitectos/as, incluso muchos de aquellos con obras ampliamente distribuidas, han tenido concentraciones de proyectos construidos en ciudades individuales. Giovanni "Gio" Ponti, nacido y criado en la ciudad italiana de Milán, es uno de esos arquitectos. Sus proyectos fuera de Milán incluyen el Museo de Arte de Denver en EE.UU. y la Villa Planchart en Caracas, Venezuela, así como edificios universitarios en Padua y Roma, y la Catedral de Taranto. Sin embargo, sus obras en su ciudad natal, como la Torre Pirelli, rastrean mejor el desarrollo de su arquitectura y su contribución al diseño de productos y la publicación.
La ciudad dinámica de Milán
Hoy en día, Milán es el principal centro comercial e industrial de Italia y es la segunda ciudad más grande por población. Se encuentra en la cuenca del río Po, justo al sur de los Alpes en el norte de Italia, cerca de tierras agrícolas ricas y en rutas comerciales con el resto de Europa e Italia. Su compleja historia se remonta a ser un asentamiento celta antes de la época romana, cuando se conocía como Mediolanum. En la Edad Media, estuvo bajo el dominio de Carlomagno y el Sacro Imperio Romano, antes de que invasores posteriores, notablemente los españoles en el siglo XVII, fueran seguidos por los austriacos en el XVIII. Napoleón luego entró en Italia, haciendo de Milán la capital regional de su imperio. Milán cayó brevemente bajo control austriaco nuevamente después del colapso del imperio napoleónico, antes de convertirse finalmente en parte de la Italia unificada en 1870.
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Clásicos de Arquitectura: Torre Pirelli / Gio Ponti, Pier Luigi NerviLa Milán moderna consiste en dos anillos de antiguas murallas de la ciudad y un patrón radial de calles, con un mosaico de distritos urbanos en cuadrícula y orgánicos. El Castillo Sforzesco fue construido en el período feudal medieval, y posteriormente reforzado por los españoles. El siglo XX vio la construcción de grandes distritos industriales alrededor de la ciudad. Estos incluían industrias pesadas que fabricaban automóviles y aviones, así como textiles, convirtiendo a Milán en un centro de diseño de moda y productos. Fue en este entorno, una ciudad comercial e industrial en un estado independiente recién unificado, donde comenzó la carrera de Gio Ponti.
Las primeras obras de Gio Ponti
Gio Ponti nació en 1898. Después de terminar la escuela, se inscribió en el Politécnico de Milán para estudiar arquitectura, pero sus estudios se interrumpieron por el estallido de la Primera Guerra Mundial, donde sirvió en el ejército y alcanzó el rango de capitán. Mientras estaba destinado en Veneto, pudo observar la arquitectura de Palladio. Completó sus estudios después de la guerra y estableció una práctica con Mino Fiocchi y Emilio Lancia. Su primera obra construida fue su propia casa en Via Randaccio, uno de varios resultados de la asociación profesional con Emilio Lancia. Completada en 1926, tiene un plano trapezoidal en un sitio triangular con cuatro apartamentos distribuidos en cuatro pisos. Significa el trabajo temprano de Ponti con sus motivos neoclásicos y se distingue por su antecámara elíptica.
Estos comienzos clásicos también se pueden ver en su diseño para el Tempio della Vittoria. Diseñado por Giovanni Muzio con la contribución de Gio Ponti y otros, es un monumento construido en 1927 en memoria de los milaneses que murieron durante la Primera Guerra Mundial. Está situado en el cementerio de los mártires cerca de la Basílica de Sant'Abrogio, con su forma octagonal emulando el atrio de la basílica. Completo con arcos, frontones y cornisas dentadas, es una composición completamente clásica, construida en mármol blanco que hace referencia al Duomo de Milán.
Un cambio hacia el modernismo
Sin embargo, es otro monumento donde se puede ver el cambio de Ponti hacia el modernismo. La capilla funeraria Borletti es una pequeña estructura rectangular completada en 1931, con un ornamentación mínima. Las fachadas simétricas son planas, salvo por dos ángeles en bajo relieve sobre las puertas, enfatizando las vetas del mármol gris utilizado. Entre 1931 y 1938, las 'Case Tipichi', o casas típicas, demostraron un enfoque racionalista y un mayor rechazo del ornamento. Los balcones son típicos de los gestos de Gio Ponti hacia la expresión de la estructura, como se ve en los plafones de la Domus Julia, por ejemplo.
También se construyó dentro de este período la Casa y Torre Rasini en el distrito de Porto Venezia de Milán. Esta sería la última colaboración de Ponti con Emilio Lancia, después de la cual tomaron caminos separados. Ubicado en un lugar prominente cerca de las puertas de la ciudad, el edificio tuvo que negociar el sitio en esquina en Corso Venezia por un lado y los jardines públicos Indro Montanelli por el otro. El resultado fue un par de bloques contrastantes: un edificio bajo de seis pisos en mármol blanco ocupando la posición de esquina y una torre de trece pisos revestida mayormente de ladrillo adyacente al parque.
El bloque inferior sin ornamentos recuerda a las casas típicas, con cuidado y pensamiento invertido en las proporciones de la fenestración y el patrón de sillería de la obra de piedra. La estructura del balcón se expresa con formas cónicas. De manera similar, la torre no tiene ornamentación pero presenta variaciones en el patrón de ladrillo naranja. Se utiliza una piedra gris en la base y en los dinteles de las ventanas superiores, y una protuberancia semicircular da a la calle desde la entrada en el nivel del suelo hasta el sexto piso, culminando en una terraza.
La última gran obra que se completó antes del estallido de la Segunda Guerra Mundial fue el Palazzo Montecatini, la sede de oficina de uno de los grupos industriales más importantes de Italia, que celebraba su 50 aniversario en 1938 con la inauguración del edificio. En un sitio con tres frentes de calle, el edificio de oficinas tiene dos alas con una torre de conexión formando una H en planta. Con una estructura de hormigón armado, el diseño siguió una cuadrícula racional que integraba tecnologías modernas de servicios de construcción y trató de reducir el nivel de refuerzo. Las oficinas de los directores se colocaron en el centro de la torre, con igual proximidad a ambas alas. La fachada es de mármol verde cipollino con ventanas metálicas dispuestas al ras de la superficie externa. Así, se percibe como un revestimiento ligero sin grosor.
Obras y legado de posguerra
El trabajo de Ponti se detuvo mientras Europa descendía nuevamente a la guerra. El período de reconstrucción después de la Segunda Guerra Mundial vio un auge industrial y de construcción, cuando se construyeron las obras más conocidas de Ponti. En 1952, estableció una nueva asociación con Antonio Fornaroli y Alberto Rosselli y construyó una nueva oficina para la firma, que también sería un laboratorio de arquitectura y un espacio de exposición. El período posterior a la guerra vio otro nuevo hogar para Ponti en el edificio de Via Dezza, diseñado por su oficina. Otros proyectos incluyen el gran distrito de vivienda social Harar-Dessiè, así como proyectos en el extranjero.
Una de las obras más importantes de Ponti, la Torre Pirelli, se completó en 1960. Diseñada para la empresa de neumáticos con sede en Milán, se sitúa prominentemente en el centro de Milán cerca de la impresionante estación de tren Centrale, en un antiguo sitio de fábrica de neumáticos bombardeado durante la guerra. Pirelli tenía una buena posición financiera en la década de 1950 y encargó a Ponti que diseñara un rascacielos al estilo americano. Diseñada junto con el ingeniero Pier Luigi Nervi, la torre tenía un plano largo y estrecho que requería una cuidadosa ingeniería estructural. Sus pilares estructurales se volvían más estrechos a medida que ascendía el edificio, una característica expresada en la fachada. La hendidura vertical en los extremos estrechos de la torre, junto con el techo flotante en la parte superior, dan la impresión de una torre hecha de planos separados.
Milán, el lugar de nacimiento y muerte de Gio Ponti, es el receptáculo de una porción considerable de sus obras, rastreando su arquitectura desde los primeros edificios residenciales neoclásicos hasta los rascacielos racionalistas. El trabajo de Ponti no se limitó solo a la arquitectura. En el período de entreguerras, publicó su libro La Casa all'Italiana, y en 1941, fundó la revista de arquitectura y diseño del régimen fascista, STILE. La revista terminó con la derrota de los fascistas y, después de la Segunda Guerra Mundial, fundó la revista de arquitectura Domus.
Tampoco su trabajo de diseño se limitó a edificios. Estando en el centro de la región manufacturera de Italia, trabajó con varios industriales en el diseño de muebles, cerámica, platería y vidrio. Tiene un amplio trabajo con Ginori en el diseño y producción de cerámica y porcelana, y con Fontana Arte, también con sede en Milán, en el diseño de lámparas. Su diseño industrial, arquitectura y escritura también estuvieron acompañados por su participación en las Bienales de Monza y la creación de la Trienal de Milán. Así, el legado de Gio Ponti y la ciudad de Milán están fusionados en la historia de múltiples maneras.
