
-
Arquitectos: Angela Castilho Arquitetura e Interiores
- Área: 70 m²
La decimoséptima edición de la Bienal Española de Arquitectura y Urbanismo (BEAU) se desarrollará en diciembre del 2025 como una exhibición en una antigua central térmica reconvertida en centro cultural en Ponferrada, al noreste de España. Esta edición será comisariada por los arquitectos Ander Bados Sesma, de Atelier Ander Bados, y Miguel Ramón López, nativo de Ponferrada y arquitecto en Estudio Lamela, bajo la propuesta titulada "flujos comun.es". La propuesta curatorial para este año responde a la temática de la convocatoria: La arquitectura como política de cambio, una invitación a reflexionar sobre el rol de la disciplina en los procesos de transformación social, económica y ambiental. Dentro de este marco, "flujos comun.es" plantea una mirada crítica sobre los desafíos asociados a la hiperconectividad. La convocatoria para propuestas y envíos de proyectos está actualmente abierta y permanecerá así hasta finales de julio, dependiendo de la categoría.
Nicolás Valencia conversa en en el Centro Cultural FIESP de São Paulo con la artista brasileña Giselle Beiguelman sobre inteligencia artificial, data centers y golpistas a raíz de su libro Políticas da Imagen, su exposición Venenosas, Nocivas e Suspeitas y su investigación Domingo no Golpe.
Cada mes de junio, la ciudad española de Logroño se transforma en un espacio de diálogo arquitectónico, abriendo sus calles, plazas, riberas e islas de tráfico a estructuras temporales que redefinen cómo se habita en las ciudades. Durante diez ediciones, Concéntrico ha trabajado no como una feria especializada o una bienal de arquitectura, sino como un museo portátil — un gesto curatorial que lleva una colección dispersa de arquitectura contemporánea al espacio público. Ubicado en una ciudad suspendida entre llanuras áridas y montañas distantes, lejos de los circuitos de las capitales y las instituciones culturales, Concéntrico se presenta como una promesa temporal. Es un recordatorio de que incluso las ciudades que a menudo son pasadas por alto pueden albergar una arquitectura que es actual, diversa y especulativa. En este sentido, el festival trata menos sobre celebración y más sobre activación.
Pero más allá de su lógica curatorial, Concéntrico opera como una estructura política. En el sentido antiguo de polis, invita a ciudadanos, arquitectos e instituciones a reevaluar lo que puede ser el espacio público. Las intervenciones ofrecen propuestas especulativas para la vida urbana que revelan lo que falta, lo que es posible y lo que debería ser cuestionado. Una piscina temporal sobre una fuente, una casa de baños en una rotonda, o una comida compartida en una avenida principal no son solo gestos espaciales — son declaraciones políticas, preguntando cómo podría redirigirse la infraestructura urbana de control a cuidado, de eficiencia a encuentro. De esa manera, el festival se convierte no solo en un reflejo de la ciudad, sino en un instrumento para su transformación.